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24-5-00
| 212 | 231 |
| 25 cm m.b.c. | 25 cm m.b.c. |
| 25 cm Z.A. | Explanada E3 |
| 25 cm Z.N. | |
| Explanada E1 |
Solo mirándolas un rato uno llega a la conclusión de que no hay por donde coger el que se admita a ambas en la Instrucción. Supongamos que usted debía realizar la sección 212 y una vez recibidos los ensayos se da cuenta que ha colocado una zahorra artificial con un desgaste muy superior al admisible y algo plástica y que su zahorra natural incumple el huso especificado, no se preocupe lo mas mínimo, llame a esos 50 cm de zahorras, suelo seleccionado, que por muy malas zahorras que sean, cumplirán como tal, y asunto resuelto, su firme cumplirá la instrucción, eso si, en lugar de haber colocado la sección 212 habrá colocado la 231, pero usted, tan contento.
Idénticos razonamientos se podrían realizar con las secciones 312 y 331
Algún día, si Dios quiere, las secciones 031, 131, 231 y 331 serán solo un mal recuerdo.
| 031 | 131 | 231 | 331 |
| 35 cm m.b.c. | 30 cm m.b.c. | 25 cm m.b.c. | 18 cm m.b.c. |
| Explanada E3 | Explanada E3 | Explanada E3 | Explanada E3 |
... en WWW.CARRETERAS.ORG, jóvenes y, por tanto, ignorantes, nos seguiremos preguntando que sentido tiene el pedir a los materiales a emplear como zahorras utilizadas de base y subbase unas prescripciones técnicas de desgaste, limpieza, no plasticidad, granulometria, etc, cuando las secciones "treinta y uno", admitidas por la instrucción, nos dicen que no son necesarias, que con un simple suelo seleccionado de CBR>20, basta y sobra.
Con fecha 24-5-00 el profesor Sandro Rocci nos remite el escrito que acompañamos:
"Por haber sido (en su día, algo lejano ya) responsable de la elaboración de la Norma 6.1y2-IC "Secciones de firme", me siento invitado a hacer unos comentarios acerca de un "Dime y direte" de fecha 1-4-2000 en el que se analizan las secciones 212 y 231 de la Norma.
Ante todo, deseo efectuar dos consideraciones de índole general:
- 1. Las Normas son fruto del consenso al que se llega en la Comisión que las redacta. Como toda obra humana, no están exentas de fallos.
- 2. Uno de los principios que orientó la actuación de la Comisión que redactó la Norma 6.1y2-IC de 1989 fue que las secciones correspondientes a una misma combinación de la solicitación del tráfico pesado y de la categoría portante de la explanada fueran aproximadamente equivalentes, tanto en lo técnico (número de ejes soportados) como en lo económico (coste de la solución por metro cuadrado de firme). En algunos casos concretos, esto no pasa de ser un pío deseo.
- 3. Lo anterior se puede extender también a los distintos tipos de explanada.
A continuación, tengo que resaltar la gran diferencia que hay entre una explanada de categoría E1 y otra E3: no se trata tan sólo del CBR (que ya es diferencia), sino también de que una capa granular que tenga un módulo de elasticidad elevado, no consigue movilizarlo por entero si está apoyada sobre otra capa o sobre una explanada con una capacidad portante baja. Una explanada de categoría E3 sólo se consigue estabilizando, o con un espesor de 35 cm de un suelo seleccionado sobre un suelo adecuado, o de 50 sobre un suelo tolerable: todas ellas medidas que son ciertamente caras. De acuerdo que una zahorra que no cumpla las prescripciones que se establecen para la zahorra natural de un firme puede con bastante probabilidad (sobre todo, si no es plástica) ser considerada como un suelo seleccionado (el caso de la zahorra artificial parece menos probable, pues nadie la fabricaría para emplearla como una explanada).
De todas maneras, se trata de unas decisiones que se toman al nivel de un proyecto, y de lo anterior me parece que se desprende que lo que no se gaste en el firme se gasta en la explanada y en sus capas de asiento: con lo que la comparación entre las secciones 212 y 231 no resulta tan mal.
Otra cosa es que en la obra, a la vista de los ensayos como decís en vuestro comentario, se quiera hacer que unas zahorras que no cumplen las prescripciones sean aceptadas como un suelo seleccionado y como una sección equivalente. Se trata de un cambio sobre un proyecto licitado, en el que el Contratista se ha comprometido a aportar unas zahorras que cumplan; y tal cambio no sólo ha de ser aceptado por la Administración (no faltaría más), sino que si esta práctica tan corriente de los cambios se examina con detalle, se ve que va en contra de la libre competencia. Seguramente que si algún otro licitante hubiera sabido que le iban a aceptar tal cambio, su oferta habría sido distinta. Las relaciones contractuales tienen mucha enjundia, y no deberían estar sujetas a triquiñuelas que, aunque tengan una base técnicamente defendible, desvirtúan el proyecto que alguien redactó, otros aprobaron y unos terceros se comprometieron a hacer...
Confío en que estas opiniones puedan servir para aclarar la aparente contradicción que certeramente habéis señalado.
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